¿La revolución tecnológica y digital puede contribuir a paliar situaciones de soledad? Es una de las cuestiones que pose sobre la mesa el primer observatorio sobre la soledad no deseada de Cruz Roja, realizado a partir de 1.500 encuestas a personas atendidas por la entidad en Cataluña.
El estudio hace una radiografía sobre la soledad no deseada y alerta que las personas jóvenes son las que presentan indicadores más elevados, así como los colectivos que sufren situaciones de pobreza, exclusión y marginación social. Desde m4Social queremos fijarnos, también, en un apartado del informe que analiza la relación entre las nuevas tecnologías y la soledad no deseada y las posibilidades que las herramientas digitales amplíen la posibilidad de interactuar con otras personas, así como reducir situaciones de aislamiento social.
El informe apunta que 8 de cada 10 personas tienen Internet, más de la mitad utilizan mucho o bastante las nuevas tecnologías y 7 de cada 10 las utilizan diariamente para relacionarse con otras personas. Todo ello, sin embargo, varía en función de la edad: entre la población más mayor, solo un 35% tiene Internet y un 22%, a pesar de tenerlo, no lo usa porque no sabe cómo hacerlo.
Por otro lado, es interesante destacar que 3 de cada 10 personas piensan que las nuevas tecnologías pueden contribuir a mejorar su calidad de vida, pero entre las que tienen acceso a Internet, el porcentaje crece hasta cerca del 50%. El grado máximo de confianza se encuentra en las personas de entre 30 y 40 años.
El informe también recoge que las personas que usan mucho o bastante las nuevas tecnologías presentan unos indicadores de soledad más bajos que las que las utilizan poco u ocasionalmente. Aun así, aquellas que se relacionan principalmente de manera virtual, tienen unos indicadores de soledad más elevados. El hecho que las redes sociales y la tecnología no puedan sustituir las emociones y las sensaciones provocadas por el contacto físico con otras personas podrían explicar estos resultados, dicen desde Cruz Roja. En definitiva, los resultados de este primer observatorio sobre la soledad no deseada dejan entrever que las nuevas tecnologías pueden contribuir a paliar situaciones de soledad, pero nos alertan sobre la necesidad de continuar trabajando por el buen uso de ellas, por la formación, el acompañamiento y por hacer frente a la brecha digital que pueden generar.