Adolf Diaz, Eesponsable de m4Social a la Junta Directiva de la Mesa del Tercer Sector Social de Catalunya y Coordinador de la Cruz Roja al Prat de Llobregat y Viladecans. |
Vivimos en un tiempo en el que la tecnología es un motor de crecimiento económico importante y dentro de este sector el análisis de datos se ha convertido en lo que muchos llaman el petróleo del siglo XXI por la gran oportunidad de negocio que se deriva de su explotación. Las empresas son conscientes del inmenso valor de los datos y, por ello, recopilan a través de múltiples dispositivos y software. La información que recavar es muy valiosa porque les permite saber qué quieren las personas e incluso, con la ingencia de datos y los cruces correspondientes, predecir y anticipar sus necesidades futuras.
Cambridge Analytica, la empresa que utilizó los datos de 87 millones de personas para manipular el comportamiento de votantes en varias campañas políticas, es el ejemplo más claro y reciente que los datos se pueden utilizar de forma perversa para los intereses de las empresas y los grupos de presión. Por lo tanto, la manera de explotarlas es y será un factor diferencial para todos los sectores, incluido el tercer sector social que atiende a más de 1 millón y medio de personas, un 20% de la población catalana. Ante esta situación, el crecimiento exponencial de puestos de trabajo en el análisis de datos debería revertir también en esta parte de la población que tiene más dificultades. Así pues, al igual que para las grandes empresas la explotación de los datos es una oportunidad, especialmente de negocio, para las entidades sociales también lo es. En este caso, sin embargo, para liderar una gestión y un uso de los datos ético y responsable, diferente al que se ha hecho hasta ahora en muchos casos, que contribuya a construir una sociedad más justa, equitativa y cohesionada.
Somos conscientes del poder transformador de la tecnología en positivo
Desde el proyecto m4Social de la Taula del Tercer Sector somos conscientes del poder transformador de la tecnología en positivo y entendemos que la explotación de datos, también en positivo, tiene una importancia y un potencial capital para las organizaciones, que pueden mejorar en la toma de decisiones, pero también para las mismas personas que reciben servicios y apoyos desde las entidades sociales para conseguir más y mejores oportunidades.
La interoperabilidad, el aspecto clave para compartir datos
Si el Tercer Sector Social se debe plantear sus proyectos a partir del uso masivo de datos quién también debe hacerlo son las Administraciones Públicas con el fin de ampliar el impacto tanto en la gestión administrativa como, por encima de todo, sobre la población en general y la forma como se da respuesta a sus necesidades.
Desde la Taula estamos promoviendo espacios donde abordar un aspecto clave a la hora de compartir datos entre varios agentes que trabajan en la atención a las personas: la interoperabilidad
Des de la Taula estamos promoviendo espacios donde abordar un aspecto clave a la hora de compartir datos entre varios agentes que trabajan en la atención a las personas: la interoperabilidad. Este concepto hace años no habría sido entre las prioridades de la Administración, al menos en clave social, pero hoy en día es, precisamente, uno de los ejes de debate. La interoperabilidad es la capacidad de los sistemas de información, y de los procedimientos a los que estos dan soporte, de compartir datos y posibilitar el intercambio de información y conocimiento entre ellos. El mejor ejemplo de interoperabilidad lo tenemos con el historial clínico compartido que permite que un profesional de la salud de la Seu de Urgell pueda acceder no solo a la información de las visitas que un o una paciente ha tenido en un hospital de Barcelona sino también al conjunto de datos de salud de la persona.
Y si estamos de acuerdo en que los datos son fundamentales y que la persona debe estar en el centro en todos los procesos, coincidiremos también a tener entonces una visión integral de ella. En este tiempo de compartir datos no se entiende que no se trabaje para tener una visión completa de las personas, siendo capaces de acceder – con todas las premisas de seguridad y privacidad garantizadas – a su historial de salud, pero también a su historial social.
Big fecha aplicado al sector social
Si tal vez en el ámbito de la salud es más palpable encontrar proyectos de uso masivo de datos, en el social también encontramos casos donde la explotación de datos se le suma la inteligencia artificial, convirtiendo informes cualitativos de trabajadores sociales en patrones de datos sistematizadas. A partir de aquí, los profesionales tienen una propuesta de posibles servicios y soportes adecuados para la persona atendida gracias al cruce de datos.
Las entidades sociales tienen que romper con la idea de obtener y acceder a los datos de forma aislada y pensar en clave de sector.
El Tercer Sector es conocedor de sus debilidades y es consciente de que todavía tiene que hacer un largo recorrido para poder ser competitivo también en el uso de los datos. Las entidades sociales tienen que romper con la idea de obtener y acceder a los datos de forma aislada y pensar en clave de sector, introduciendo tecnologías que faciliten interoperar entre el máximo de agentes posibles. A la vez, también requiere el apoyo de las Administraciones y las empresas privadas para disponer de soluciones tecnológicas que permitan que las entidades sociales obtengan y traten datos de forma segura y garantizando la privacidad de las personas.
Tenemos camino a recorrer, pero las posibilidades de mejorar en la atención a las personas a través de la combinación de datos y tecnología son infinitas y deben marcar la diferencia en los próximos años con el objetivo de conseguir un Estado del Bienestar más eficiente y por encima de todo más humano.