La Fundación Tecnologías Sociales – TECSOS, es una organización sin ánimo de lucro creada en el año 2002, a través del impulso conjunto de la Cruz Roja Española y la Fundación Vodafone. TECSOS afronta las necesidades y respuestas sociales mediante la innovación tecnológica a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de manera responsable, contribuyendo a la mejora de las competencias de las personas, prestando especial atención a las más vulnerables.
Desde m4Social, charlamos con Julián Andújar, director gerente de la Fundación Tecsos, y reflexionamos sobre cómo generar un impacto real y sostenible, dando respuesta a los retos sociales con soluciones tecnológicas innovadoras.
- El objetivo de la Fundación TECSOS es construir una sociedad para todas las personas con tecnología adaptada para cada una de ellas. ¿Cómo trabajáis para hacerlo posible?
Una de las claves para llevar a cabo nuestra labor es el modelo de colaboración pionero establecido entre las dos entidades que sustentan la Fundación, el cual nos permite sumar el conocimiento social, estar cerca de las necesidades y las personas beneficiarias gracias a Cruz Roja Española, así como contar con el conocimiento y capacidades tecnológicas aplicado a fines sociales que es aportado por la Fundación Vodafone. Gracias a lo cual contamos con equipos multidisciplinares, donde personas ingenieras y profesionales del ámbito social trabajamos de la mano para abordar los proyectos y actividades que llevamos a cabo.
Para tener éxito y que la innovación llegue a convertirse en soluciones útiles, debemos estar muy cerca de las necesidades de las personas a las que nos dirigimos para conocer su realidad, qué piensan, qué sienten y cuál es el contexto. Dar respuesta a estas preguntas es posible gracias al conocimiento y experiencia de Cruz Roja en la atención de personas, así como el contacto con el resto de entidades de usuarios con las que colaboramos.
Tener en cuenta la necesidad de las personas como eje central del proyecto es esencial para evitar desarrollar soluciones tecnológicas excelentes pero que carezcan de utilidad, no sean aceptadas por las personas o no sean sostenibles en el tiempo. Siempre teniendo en cuenta que el fin último es empoderar a las personas, y que la tecnología sea un facilitador para fomentar su autonomía personal.
- Este año, celebráis vuestro 20 aniversario. ¿Qué balance hacéis de lo conseguido hasta ahora? ¿Cómo se ha transformado la misión o la visión de la Fundación a lo largo de estos 20 años?
La sociedad de hace 20 años es muy diferente al mundo actual en el que vivimos. En aquellos momentos comenzaba una digitalización de la sociedad que empezaba a abarcar todos los ámbitos de nuestro día a día. Sin embargo, el ámbito social vivía de espaldas a esta revolución. Bajo la visión de que la tecnología y la innovación también podían dar respuestas a retos sociales y mejorar la calidad de vida de colectivos vulnerables, se decide crear la Fundación. Ha pasado ya mucho tiempo de aquello y esta digitalización de la sociedad se ha acelerado, nos enfrentamos a retos cada vez más complejos y donde la tecnología nos ofrece nuevas capacidades y puede ser una aliada.
Durante esta trayectoria se han llevado a cabo más de 35 proyectos, se ha alcanzado a millones de personas a través de canales digitales, de ámbito tanto nacional como internacional, se han realizado más de 28 publicaciones, se han recibido decenas de reconocimientos externos, pero de lo que más orgullosos nos sentimos es que más de 150.000 personas hayan visto mejorada su calidad de vida gracias a los proyectos transferidos.
Por todo esto, tanto el contexto actual como los resultados de estos 20 años, nos reafirman en que la misión sigue más vigente y cobra más relevancia, si cabe, la labor que se realiza en la Fundación.
- ¿Cuáles son los proyectos más destacados que tenéis en marcha actualmente? ¿Podéis hablarnos de alguno de ellos?
El futuro más inmediato pasa por avanzar en el mantenimiento de las personas en su entorno de forma accesible, autónoma y segura a través de la línea de trabajo denominada Future Home: el hogar que te cuida. Aprovechando las oportunidades que nos ofrecen tecnologías emergentes, como sensores conectados a Internet para detectar riesgos en el domicilio ante situaciones de emergencias como caídas, aumento de fragilidad o monitorizar las condiciones ambientales de la vivienda ante situaciones de pobreza energética.
Los retos que afronta el servicio ahora pasan por aprender de la rutina. Si una persona que suele despertarse a medianoche para ir al baño tarda mucho en regresar, podría haberse caído. Por ello, TECSOS trabaja en que los dispositivos, gracias a algoritmos de Inteligencia Artificial, aprendan a activarse de manera autónoma, en estos casos, sin que la persona tenga que interactuar con el pulsador.
- ¿Qué hace que la tecnología sea una herramienta tan útil para afrontar las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad y dar una respuesta social?
La tecnología puede ser una herramienta al servicio de la innovación social. La innovación no tiene por qué ir asociada siempre a tecnología, eso es cierto, pero si nos hacemos la pregunta de qué nos puede aportar yo creo que rápidamente estaremos todos de acuerdo que nos puede aportar eficacia, eficiencia, calidad, llegar y cubrir necesidades que sin ella no podríamos cubrir. Todo ello, siempre teniendo en cuenta que se aplica adecuadamente, porque la tecnología por sí misma no es buena o mala, depende de cómo se aplique. Ahora bien, si ponemos sobre la mesa todos estos aspectos, nadie estaría en contra de beneficiarse de estas bondades que nos puede ofrecer la tecnología.
Hay un debate sobre la robótica social. Yo creo que la tecnología debe ser un complemento y te debe permitir acercarte más a la persona, sin perder el lado humano. Hay un proyecto de videoatención que en su momento Cruz Roja ya puso en servicio. Se utiliza el televisor para tener una videoconferencia con la persona cada semana y se aprovecha esa sesión para hacer una estimulación cognitiva, para quienes no se pueden desplazar a un centro para hacerlo. La sensación que tiene la persona es que ha estado un voluntario sentado enfrente del sofá, en su salón, de tú a tú, dando la sesión. Eso es lo que te permite la tecnología. Poder estar más cerca de esa persona gracias a ella.
- ¿Creéis que desde el tercer sector social estamos aprovechando suficientemente las posibilidades que ofrece la tecnología para dar respuesta a los retos sociales?
Un poco por nuestra experiencia y por lo que reflejan los informes, la foto que tenemos del tercer sector en cuanto a la introducción de las nuevas tecnologías, no es una foto de la que podemos estar muy orgullosos. Si lo comparamos con otros sectores como el sector empresarial, vamos un poquitín por detrás y tenemos mucho que hacer, y esos cambios no son cambios sencillos de hacer muchas veces. Cuando hablamos de la digitalización de las empresas del tercer sector no se trata de introducir tecnología por introducir: entregar a los empleados un smartphone, comprar servidores… La transformación digital pasa por hacer una reflexión estratégica: hacernos preguntas como qué hacemos, cómo lo hacemos y ver cómo podemos mejorarlo y, en ese momento, incorporar como una herramienta la tecnología. Esa es la aproximación adecuada, pero no es sencillo. La asociación española de fundaciones, publicó el año pasado un informe recogiendo el grado de implantación de las tecnologías en el tercer sector y había datos, a mi modo de ver, bastante preocupantes. El 75% de las pequeñas fundaciones, que tienen menos de 500 mil euros de presupuesto, están todavía en modo analógico, es decir, no han acometido ningún proceso de transformación digital. Si bien es cierto que en estas fundaciones más pequeñitas es más fácil acometerlo porque hay menos resistencia al cambio, se requiere una reflexión estratégica para alinear poco a poco todos los equipos de trabajo, desde la presidencia, patronatos, equipos de trabajo… y estar abiertos a las nuevas formas de trabajar con un enfoque donde las nuevas tecnologías puedan aportar.
La tecnología tiene una vertiente de gestión interna de la propia organización y ahí creo que el tercer sector tiene una ventaja. Podemos recibir apoyo de muchas empresas privadas que facilitan licencias. Nosotros, en la Fundación, tenemos acuerdos con Microsoft, Google y muchas otras organizaciones que nos facilitan a un coste muy reducido o incluso sin coste, estas tecnologías. Después están las tecnologías que nos ayudan en la intervención y a llegar a nuestros beneficiarios, a nuestros usuarios. Ahí, tienen mucho que aportar, sin duda.
Hace unos años, podíamos decir que la tecnología era un valor añadido, pero ahora diría que es algo imprescindible, es algo ya de supervivencia de las organizaciones. No nos podemos plantear que una organización viva en modo analógico en una sociedad digital.
- ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de desarrollar una solución innovadora que genere un impacto real en la sociedad?
Además de tecnología e innovación, en nuestro caso intentamos recoger otro tipo de aspectos. La innovación en sí misma quizás no tiene la capacidad de transformación que todos buscamos, que al final es el objetivo: cambiar las cosas.
El primero de los elementos que tenemos en cuenta es el alcance porque si es muy reducido, la capacidad de transformación va a ser muy pequeña. El otro aspecto importante es el impacto que vas a tener, entendiendo impacto como la capacidad de cambiar la vida de las personas. Y el último elemento es el de la sostenibilidad. Si tenemos en cuenta todos estos componentes, es cuando realmente transformamos y cambiamos las cosas.
- Desde vuestra experiencia, ¿cuáles creéis que son las claves para innovar en materia tecnológica y social?
Para nosotros hay una clave -y fíjate que te lo dice un ingeniero y todos en el equipo somos ingenieros-: que la tecnología al final es una herramienta. Y, de hecho, para que tengan éxito estos proyectos y hacer soluciones que sean útiles, tiene que ser así. Si no, te quedas en la parte superficial de la tecnología y pierdes de vista cuál es el objetivo, que es la persona.
A diferencia de otros proyectos de innovación tecnológica, en TECSOS no se pierde de vista la necesidad de la persona y la utilidad real de lo que se está desarrollando, por lo que la tecnología se convierte en una herramienta al servicio de las necesidades de las personas, para conseguir el cambio real en su día a día y mejorar su bienestar.
- La revolución digital también puede generar desigualdades o exclusión social en forma de brecha digital. ¿Qué pasos podemos dar para prevenirla, reducirla y garantizar que el acceso de todas las personas a las TIC sea una realidad?
Es una de las misiones que tenemos en la Fundación: ser punta de lanza, ir abriendo el camino para introducir estas tecnologías en colectivos en situación de vulnerabilidad a los que si no, a lo mejor, nunca llegarían. Y divulgar los beneficios que tienen, sobre todo para las administraciones públicas. En el momento en que entra la administración pública, el sector privado va detrás. En el plan estratégico de la Fundación lo vemos como un faro para convertirnos en un referente al que todos los stakeholders que participan en este ámbito miren, para ir abriendo el camino y arrastrarlos. Tenemos en nuestros objetivos que esto se universalice, que no se quede en un piloto.