El 85,7% de los padres y madres percibieron cambios en el estado emocional y los comportamientos de sus hijos e hijas durante el confinamiento. Por otro lado, un 32,7% de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad se han sentido decaídas, deprimidas o sin esperanza durante la pandemia y un 5,8% de la población ha recibido tratamiento psicofarmacológico desde el inicio de la Covid-19. Son datos del estudio “Salud Mental y Covid. Un año de pandemia” del CIS, el Centro Superior de Investigaciones Sociológicas, que también advierte que las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad o depresión. “Mindfulplay nace de una necesidad muy concreta: el deterioro de la salud mental durante la pandemia que ha afectado con mayor prevalencia a las personas en situación de vulnerabilidad y a colectivos como las mujeres y los niños. Hay un dato que es estremecedor, la primera causa de muerte en España en la franja de edad de 10 a 19 años es el suicidio”, advierte Frank del Águila, Fundador y CEO de Delaguila EdTech Experiences y uno de los impulsores de Mindfulplay, un programa educativo que utiliza los videojuegos y la realidad virtual para mejorar el bienestar emocional de las familias en situación de riesgo de exclusión social. “Son dos herramientas innovadoras y muy poderosas que nos permiten generar ‘engagement’, es decir, aumentar la motivación para participar en las sesiones, y facilitan la adquisición de nuevas habilidades personales y la transformación de creencias y conductas limitantes”, explica del Águila.
Los objetivos de Mindfulplay
MindFoodTech, VR Mindfulness, 3DART… Son las actividades del programa Mindfulplay donde la educación se convierte en un juego. El proyecto acerca el mindfulness, la naturaleza, la cocina y el arte a familias en situación de vulnerabilidad. Son actividades que ayudan a las personas a focalizar su atención en el momento presente y, por lo tanto, a mejorar su bienestar. “Promovemos la atención llena, facilitamos el desarrollo de habilidades personales e impulsamos la cocreación de vínculos emocionales sanos”, añaden. Los videojuegos y la realidad virtual, unidos a experiencias de cocina, naturaleza, arte o mindfulness ayudan a desconectar de las preocupaciones, favorecer la creatividad y el desarrollo de la inteligencia emocional. Además, se generan espacios lúdicos que permiten conectar con emociones y necesidades favoreciendo el desarrollo de la paciencia, la gratitud, el trabajo en equipo o la comunicación; así como fortalecer la autoestima o la seguridad.
Pasado, presente y futuro de Mindfulplay
El proyecto se empezó a desarrollar en noviembre de 2021 y está promovido por la Fundació Educativa Terrassa, AD’ Iniciatives Socials y Delaguila. “La colaboración surgió de manera casual. Josep Rodríguez, director de la Fundación y Frank del Aguila coincidieron en unas clases de cocina en Terrassa y hablando entre fogones se dieron cuenta que compartían visión y valores, así como un know-how complementario que podían poner en práctica para ayudar a las familias con las que trabaja la Fundación. En enero se unió al proyecto AD Iniciatives Socials”, detallan.
El programa educativo de Mindfulplay se inspira en Entulugar, otro proyecto creado por Delaguila Edtech Experiences que, en su inicio, se financió a través de una campaña de crowdfunding: una experiencia educativa para prevenir las violencias entre los jóvenes y en que se utiliza la realidad virtual para generar empatía. “En los últimos diez meses, 800 jóvenes de Terrassa han participado en esta actividad”, señala del Aguila.
Ahora, desde Mindfulplay, han activado también un crowdfunding para llegar a muchas más familias: el objetivo es conseguir un mínimo de 6.000 € para, principalmente, comprar gafas de realidad virtual. La campaña estará activa durante 30 días y ofrecen diferentes recompensas y se puede colaborar a través de este enlace.
Desde enero de 2022 están llevando a cabo las diferentes actividades del programa de Mindfulplay tanto con niños, adolescentes como adultos de la Fundació Educativa Terrassa y AD Iniciatives Socials, así como con usuarios y usuarias de otras entidades de Terrassa y Girona. “También hemos hecho sesiones con familias y funcionan muy bien en cualquier franja de edad porque las actividades tienen una narrativa muy potente y la realidad virtual y los videojuegos nos permiten generar mucho engagement. Por ejemplo, hace poco, estuvimos en el barrio de la Font de la Pólvora haciendo Mindfulness VR con un grupo de adolescentes intercultural. La respuesta de los participantes fue muy positiva. Compartimos diferentes herramientas de gestión emocional en uso de la tecnología y la gamificación y las educadoras nos dijeron que nunca habían estado tan concentrados durante dos horas seguidas en una actividad”, explica del Aguila. Ahora, el futuro y el sueño de Mindfulplay y sus impulsores es aprovechar el potencial del programa educativo que han desarrollado y llegar al mayor número posible de familias. Lograr el reto que se han marcado en el crowdfunding les permitirá que muchas más personas se beneficien de una herramienta que explora nuevas posibilidades de los videojuegos y la realidad virtual y las pone al servicio de las familias para mejorar su bienestar emocional.