Lo que tienes que saber sobre los mentores de emprendedores

26 julio 2016

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Los mentores son un gran apoyo que, rara vez, al empezar un proyecto emprendedor, se tiene en cuenta. Aunque suene un poco a “hierbas” eso de tener un mentor, puede ser una parte importante de tu proyecto sin que ni siquiera hayas pensado en ello al principio. Muchos impulsores de proyectos llegan al mentor gracias a programas o concursos que les ponen en contacto, pero otros emprendedores nunca tendrán acceso a ellos si no es porque, primeramente, toman consciencia de la importancia de esta figura y, en segundo lugar, la buscan proactivamente. Tengas mentor o no, te explicamos algunas cosas para que entiendas mejor esta particular, bonita y (con suerte) fructífera relación.

 

1. Un mentor no se fuerza: surge

Asignar emprendedores a mentores (y viceversa) es forzar las cosas. Lo ideal es que un grupo de emprendedores y de mentores se conozca con la excusa de un taller, formación etc. y ‘se elijan’ ellos mismos. Después de pasar unas horas juntos, ver cómo piensan, cómo son y cómo trabajan, seguro que ves que tienes más afinidad con unos que con otros.

Piensa que no es un jefe, es una relación. Probablemente acabéis siendo amigos, os admiraréis mutuamente, seréis referentes el uno para el otro e iréis a vuestras respectivas bodas.

 

2. El mentor no es tu cerebro: método de la comadrona

¿Te acuerdas del método mayéutico que describía Sócrates? Como una comadrona (que ayuda al parto, pero que no pare), es un método para alcanzar el conocimiento a través de la conversación y de hacer las preguntas adecuadas para que la propia persona llegue a la respuesta. Sólo así se alcanzarán ‘saberes’ disruptivos fuera de las ideas y teorías preconceptualizadas. No esperes que el mentor te dé la solución, pero sí que se siente a tu lado y tengáis una conversación con muchas preguntas.

 

3. No es un profesor autoritario, puedes (y debes) replicarle

Relacionado con el punto anterior, atrévete a decirle a tu mentor que no a algo que te propone pero que no ves claro. Recuerda que sólo tú tienes grabada la esencia de tu proyecto. Recibirás muchas ideas y feedback de muchas personas, pero tienes que ir discriminando y quedándote solo con las que potencian la razón de ser de tu proyecto.

 

4. Hay mentores que tienen mentores (que tienen mentores…)

Piensa que no tienes a ninguna autoridad delante. A ver, los mentores suelen serlo por su experiencia en determinados ámbitos, pero piensa que ellos también tienen proyectos y a menudo también tienen mentores para sus proyectos, por lo tanto es una cadena de mentoría en muchas direcciones. Piensa que tú también le das ideas y vidilla, y puedes ser igualmente inspirador para ellos.

 

5. Posiblemente lo sea para toda la vida

Parece muy radical, pero es probable que, si tenéis una buena relación, la alarguéis muchos años y en vuestros futuros proyectos, más allá del que os sentó a una misma mesa por primera vez.

 

6. Al mentor tienes que cautivarle (tú y tu proyecto)

Causa del punto anterior: para que un mentor quiera ayudarte, seguramente le tiene que atraer tu forma de ser, de pensar y de trabajar. No sólo le gustará tu proyecto sino tu manera de ver las cosas. Piénsalo: tú también, si pudieras escoger a tus compañeros de trabajo, escogerías a los mejores, ¿no?