Cierra los ojos. Imagina un espacio virtual idéntico a la realidad. Calles, oficinas, tiendas, centros comerciales, fábricas, espectáculos culturales… y visualiza una representación física de tu persona y de quienes te rodean también dentro de este contexto.
Esto es el metaverso, un concepto que los últimos meses está cogiendo protagonismo en el mundo digital y tecnológico, y del cual ya habíamos hablado en los últimos artículos.
Este nuevo concepto es una réplica del mundo real en el cual podremos interactuar y vivir experiencias junto con otras personas en un mismo espacio 100% virtual. Se trata de un espacio paralelo donde poder acceder mediante dispositivos de realidad virtual y realidad aumentada, que reproduzca el mundo donde vivimos y donde podamos desarrollar nuestras actividades cotidianas: reuniones de trabajo, encuentros con amigos, acudir a acontecimientos, acceder a tiendas… Es decir, hacer las mismas cosas que hoy en día hacemos fuera de casa pero sin movernos de la habitación.
El objetivo es poder crear un espacio virtual inmersivo que no tenga inicio ni final, es decir, que sea fluido, permanente y persistente y que siempre esté disponible en cualquier momento para acceder.
Metaverso y aplicación social
Qué impacto a nivel social puede tener el metaverso? Un artículo publicado por la Universidad de Hong Kong y el Instituto de Inteligencia Artificial y Robótica para la Sociedad de Shenzhen, explora cuatro aspectos:
- Accesibilidad: la comunicación global y la cooperación entre países es cada vez más frecuente con el auge de la globalización, pero la distancia geográfica es un obstáculo que aumenta los costes y las dificultades. En este sentido, el metaverso podría proporcionar una gran accesibilidad para satisfacer diferentes requisitos sociales.
- Diversidad: restringido a limitaciones físicas (como por ejemplo la geografía, el idioma, etc.), el mundo real no puede integrar varios elementos en un solo lugar para satisfacer los requisitos de diferentes personas. En este sentido, el metaverso tiene un espacio de extensión ilimitado y una capacidad de transformación de escenarios que podría propiciar una mayor diversidad.
- Igualdad: son muchos los factores que influyen en la igualdad, como por ejemplo el origen, el género, las habilidades de cada cual, el nivel económico, etc. En el metaverso, todo el mundo puede controlar avatares personalizados y ejercer su poder para construir una sociedad justa y sostenible. Ahora bien, la gran pregunta es, ¿todo el mundo podrá acceder al metaverso por igual y en iguales condiciones?
- Humanidad: en la sociedad en la cual vivimos, las personas aprecian varios fenómenos y elementos espirituales y culturales que hemos heredado de generaciones anteriores como legado para la humanidad. El metaverso podría ser un buen espacio para la comunicación y la protección cultural de este legado y para reconstruir digital y virtualmente reliquias culturales que hayan sufrido desastres naturales o destrucciones de la mano del hombre.
El metaverso es un concepto muy nuevo que a menudo cuesta de imaginar y que, más allá de proyectar un mundo virtual paralelo, también plantea muchas dudas. Cuestiones sobre todo ligadas, una vez más, a la igualdad de acceso en este espacio: ¿Quién podrá acceder? ¿Cuándo? ¿Todos al mismo tiempo desde el primer momento? ¿Qué requisitos harán falta? ¿Habrá privilegios? ¿Será una fuente de desigualdades? ¿Qué papel jugará la brecha digital? ¿Quién quedará atrás? ¿Cómo se regulará la protección de datos? Y tantas preguntas más sin sin respuestas claras pero que, teniendo en cuenta como funciona el mundo en el cual vivimos, no son difíciles de imaginar.