¿Es posible avanzar hacia una digitalización transformadora que favorezca la relación entre la administración y las entidades sociales? Esta es la pregunta que planteamos en la mesa redonda organizada en el marco del acto ‘La simplificación digital en la administración pública: propuestas de las entidades sociales’. En esta pieza queremos recoger algunas de las reflexiones más interesantes que compartió con las personas asistentes Núria Espuny, directora general de Administración Digital y de Organización de la Generalitat de Cataluña.
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¿Confías en que la digitalización puede favorecer la relación entre la administración y las entidades sociales?
Se habla mucho de transformación digital, pero siempre digo que la clave es transformar. Creo que tenemos que sacar el “digital” de la frase. Ya lo hacemos todo en digital, lo importante es transformar, incorporar nuevas formas de pensar, de liderar y de hacer estrategia. Lo “digital” es un facilitador, una herramienta, la tecnología tiene que ser un acompañador.
La buena noticia de todo es que, definitivamente, ahora es el momento. El mundo es más digital que nunca después del salto que provocó la pandemia y hemos cambiado marcos mentales internos que estaban encallados.
Facilitar o mejorar la proactividad creo que se tiene que hacer extensivo a todos los trámites, no solo a los que tienen relación con las entidades. Va mucho más allá, es de justicia social. Muchas veces las ayudas no las reciben quienes más las necesitan, sino quienes conocen mejor la burocracia, las ayudas disponibles y tienen las herramientas y las capacidades para hacer los trámites. A menudo, aquellos que más necesitan las ayudas son los que menos posibilidades o herramientas tienen para pedirlas. La administración tiene que saber quién necesita las ayudas y tiene que ofrecerlas proactivamente.
Hay muchas cosas que se tienen que reconducir. La buena noticia es que estamos todas de acuerdo. Sin embargo, a menudo, no es que no se quiera avanzar, es que no se puede porque los recursos públicos son limitados. Y todo depende de un tema de prioridades, es la cruda realidad.
¿Qué prioridades tenéis desde la administración?
Queremos poner al ciudadano en el centro. Hace mucho que lo decimos, pero ahora es el momento. Tenemos que conocer a nuestros ciudadanos y darles aquello que necesitan. No es responsabilidad de la ciudadanía conocer fechas, plazos o a qué ayudas puede acceder. Por eso, tenemos que convertir al ciudadano no en peticionario de un servicio público, sino en receptor de este y es en todo esto que estamos trabajando. El objetivo sería que no hiciera falta que el ciudadano hiciera el trámite, pero si lo tiene que hacer, se lo tenemos que poner fácil: no tiene que darnos datos que nosotros ya tengamos, la firma tiene que ser simple y accesible y, además, tenemos que avanzar hacia una administración de país.
¿En que estáis trabajando?
Por un lado, estamos trabajando en un rediseño de servicios y trámites con nuevas metodologías y, también, en un gestor de consentimiento, así como en un rediseño del registro de entidades con el departamento de justicia y el de derechos sociales en colaboración con las entidades. El objetivo es finalizar este proyecto en 2026.
Por otro lado, queremos reducir los formularios. Son muy complejos, sobre todo en temas de subvenciones. Somos muy garantistas y siempre tiene que estar todo justificado. Hay que hacer un giro, es un tema de transformación de ‘mente’ y de cultura de la organización. Tenemos que entender que transformar no va de trasladar lo que hacíamos antes en papel al digital, se tiene que volver a pensar todo de 0 y avanzar junto al usuario que lo tiene que usar. Somos la administración pública y nos tenemos que concentrar en facilitar la vida a la ciudadanía.
También, en el marco de los next generation, la UE ha dotado a las administraciones y a otros actores con unos fondos para este proceso de recuperación que nos pueden venir muy bien. Se trata de dinero finalista, que irá destinado a mejorar la administración digital.
¿También estáis trabajando en la gobernanza del dato?
En relación al dato, hay que explicarle bien a la ciudadanía qué retorno tendrá si nos cede sus datos porque, como administración, lo que nos tiene que interesar es el dato, no el documento. El dato nos permitirá conocer al ciudadano y ser proactivos, pero hace falta un cambio de mentalidad muy bestia dentro de la administración. No nos podemos permitir el lujo de no hacerlo, pero tenemos que tener presente que la administración es muy grande, la rueda cuesta mucho de mover, la plantilla está muy envejecida y formada por personas no nacidas en un mundo digital… es la pura realidad.
También, tenemos otro proyecto interesante relacionado con la mejora de la gestión documental: la documentación que ahora se encuentra en diferentes lugares la tendremos en un único espacio. Y, por otro lado, queremos mejorar la parte de atención a la tramitación.
¿Echas de menos alguna cosa?
Creo que el problema lo tenemos identificado, sabemos dónde estamos y dónde queremos ir, y lo que hace falta es remangarse y tirar millas desde la gestión del cambio. Es decir, reconducir aquello que no hacemos bien de forma interadministrativa y en cocreación con la ciudadanía.
Es cierto, sin embargo, que tenemos herramientas de tramitación digital dentro de la Generalitat que son de hace 10 años y ahora se tramita digitalmente 4 o 10 veces más. Todo ello, hace que aquello que antes nos servía, ahora haya quedado obsoleto, pero, en resumen, diría que estamos trabajando en ello y creo que vamos por buen camino.